Nuestra Historia

Blom lo creamos Javi y Pablo, dos hermanos que decidimos dejarlo todo para apostar por lo que, esperemos sea, el proyecto de nuestras vidas. El inicio de Blom como idea remonta al año 2017, pero realmente todo viene de mucho más atrás. Allá vamos con nuestra historia.

 

Todo comenzó en la década de los 60, por aquellos años, nuestro abuelo paterno fundó una fábrica en San Martín de Valdeiglesias (Madrid) especializada en hacer botos de cuero, muchos de ellos a medida, además de bolsos y cinturones. Su fábrica tuvo una rápida expansión y pronto contaba con tres tiendas, una en Madrid capital, otra en Sotillo de la Adrada (Ávila), además de una pequeña tienda en San Martín de Vladeiglesias (Madrid), lugar que nos vio nacer y donde hemos vivido hasta día de hoy. Por circunstancias de la vida, en menos de una década tuvo que cerrar todo, pero su experiencia le sirvió para trabajar de zapatero y artesano del cuero el resto de su vida.

 

Por supuesto, todo esto tuvo una gran influencia sobre nosotros, aún recordamos las tardes de verano cuando éramos niños viéndole trabajar en su taller, lo cuál siguió siendo así hasta que se jubiló a principios de los 2000.

 

Él, aún jubilado, nunca dejó de trastear y hacer cosas para la familia…bolsos, monederos, llaveros, etc. Y entonces llegó el verano de 2017, cuando ,inspirados por marcas artesanales que mostraban sus procesos de fabricación en redes sociales (admirábamos a esa gente), decidimos decirle a nuestro abuelo que nos enseñara a coser. Fueron meses apasionantes, aprovechábamos las tardes al salir de trabajar para ir a su taller a que nos enseñara a hacer nuestros primeros artículos: bolsos, cinturones y llaveros, todos ellos en cuero que nos mandaba ir a comprar a Madrid, porque era el material que él siempre había trabajado, aunque nosotros decidimos pronto apostar por otros materiales.

 

Pasaron los meses y aquello cada vez nos tenía más enganchados, teníamos claro que queríamos que ese fuera nuestro futuro, no contemplábamos otra vida. Y a principios de 2019 dejamos todo para emprender este camino tan apasionante, lanzando nuestra tienda online en febrero de ese mismo año.

 

Ese primer año nos dedicamos en cuerpo y alma al proyecto. Nuestro padre tenía una pequeña fábrica de plantillas  para el calzado y nos dejó una pequeña habitación para meter las máquinas que heredamos de nuestro abuelo para empezar a dar los primeros pasos del Blom. Las pocas ventas de los primeros meses las reinvertimos todas para  buscar cada vez mejores materiales y tiramos de ahorros, para aprender los pilares básicos para poder empezar una marca en internet…hicimos cursos de redes sociales, de cómo hacer la página web, cómo grabar los vídeos de nuestros procesos de fabricación que tanto habíamos admirado en otras marcas, etc. Al mismo tiempo diseñábamos, patronábamos y fabricábamos nuevos productos, llevábamos a cabo la fabricación de los artículos de la web, además del empaquetado…para que te hagas una idea de intensidad de nuestros días, no parábamos.

 

Para finales de 2019 las ventas habían aumentado, por lo que decidimos mudarnos a un pequeño taller en el centro del pueblo, mismo taller donde mi abuelo en su día tuvo su tienda y después, su zapatería, cerrando el círculo que siempre nos ha unido tanto a su persona.

(Vídeo grabado en febrero de 2020)

A principios de 2020 decidimos contratar a dos personas para continuar avanzando con el proyecto y de repente llegó el Covid-19 para cambiar la vida de todos. Nosotros desde el primer momento quisimos colaborar, en España no teníamos fábricas que hicieran mascarillas, y después de hablar con diferentes profesionales de la salud conseguimos encontrar tejidos para hacer mascarillas. Paramos la producción de Blom, nadie necesitaba nuestros productos para estar en casa, y nos volcamos con la fabricación de mascarillas al principio, y batas con nuestros tejidos impermeables después. Todo lo que hicimos lo donamos a diferentes hospitales y residencias, además de regalar a la gente del pueblo ya en las semanas de toque de queda. ¡contribuimos todo lo que pudimos!

 

 

¡Explosión!

 

A partir de mayo de 2020, cuando la gente pudo salir a la calle de nuevo, el camino de la marca cambió por completo. En apenas dos meses pasamos de ser 3 personas (la trabajadora que contratamos en febrero estuvo en casa los meses de confinamiento al ser persona de riesgo, incorporándose de nuevo en mayo) a ser 9, teniendo  también que mudarnos de local a principios de mayo porque se nos había quedado enano el nuestro, todo ello gracias al apoyo que recibimos de nuestra querida comunidad, tuvimos un crecimiento que nos costaba creer.

 (Vídeo grabado justo después de mudarnos de local. Primavera de 2020)

Durante el verano todo siguió en la misma línea y, apenas 3 meses después, de nuevo nos tuvimos que mudar a una nave más grande.

 

Justo antes de mudarnos a la nave dimos un paso fundamental que representa lo que es Blom a día de hoy. Hasta ese momento habíamos utilizado polyester para fabricar nuestros productos, pero desde que empezamos Blom tuvimos una obsesión, trabajar con los mejores materiales para crear productos que aguantasen muchos años al lado de nuestros clientes. Pero cuando empiezas no es fácil acceder a ese tipo de materiales, al menos en España es muy complicado para pequeñas empresas. En agosto pudimos incorporar Cordura, un tejido ultra resistente, ligero e impermeable utilizado por los ejércitos para crear sus mochilas o por fabricas de trajes de moto, gracias a todas sus características, principalmente su nulo desgaste por su resistencia a la abrasión…nos costó mucho poder acceder a este tejido, tan sólo unas pocas fábricas en el mundo tiene licencia para poder fabricarlo. Siempre nos ha obsesionado trabajar con los mejores tejidos del mundo para crear productos duraderos que acompañen a nuestros clientes durante muchos años, y Cordura nos permitió, y nos permite  lograrlo.

 

Y después de estos años de lucha, esfuerzo, dedicación y crecimiento llegó una de las peores épocas de la marca, pero a la vez, la de mayor aprendizaje sin duda. Por supuesto que hemos fallado y cometido errores, y también queremos contarlos.

 

Desde la mudanza a la nave en septiembre del 2020 todo empezó a caer y pasamos de tener 8 personas contratadas, a quedarnos de nuevo solos en julio de 2021, teniendo que despedir a nuestro equipo con todo el dolor de nuestro corazón.

 

Para finales de octubre de 2021 estábamos de vuelta en el pequeño local donde tuvo nuestro abuelo su zapatería, de nuevo el tiempo nos unía a este maravilloso local que tanta importancia ha tenido en la historia de nuestra familia.

 

El aprendizaje y la recuperación.

 

Llegados a este punto solos nos quedaba una cosa, luchar con más fuerza que nunca y con un gran aprendizaje de por medio. Con total sinceridad, vivimos un crecimiento para el que no estábamos preparado, pasamos de ser dos jóvenes hermanos apasionado por crear productos con sus manos, como su abuelo les enseñó, a tener que dirigir una empresa con 8 trabajadores en apenas unos meses.

Aprendimos que el crecimiento sin control puede dar al traste con una empresa, que nuestros trabajadores dados nuestros procesos artesanales de producción necesitan meses de aprendizaje, que nosotros también necesitamos pasar mucho tiempo de conversación con ellos durante esos primeros meses para inculcarles lo que significa Blom para nosotros y por supuesto, el valor de avanzar despacio pero con paso firme.

 

Ya de vuelta al taller y siendo de nuevo los dos solos trabajamos a destajo para que Blom no desapareciera, pasamos meses de mucho trabajo y poco sueldo (algunos veces nulo jeje) para poder sanear las cuentas de la empresa y conseguir que no desapareciera.

 

Actualidad

 

Lo conseguimos sacar adelante, incorporamos nuevos productos, diseños en unidades limitadas, cambios en la web y un sinfín de cosas más. Fueron meses duros, pero apasionantes, disfrutamos mucho en el taller. Y en septiembre de 2022 nos encontrábamos de nuevo con la necesidad, afortunadamente, de tener que contratar de nuevo. Incorporamos a Ángela, una persona que se ha convertido en un pilar fundamental del equipo. Además de ayudarnos en el taller, se hizo cargo de la atención al cliente y el empaquetado, y esa ella la que le pone tanto amor a estas dos funciones claves. Ha sido capaz de transmitir el amor y la pasión que le ponemos al proyecto, e incluso mejorarlo.

 

A día de hoy seguimos creciendo como marca y aumentando el equipo. Te podemos asegurar que queda Blom para rato, nos encontramos con más ilusión y fuerza que nunca.